Tuesday, August 01, 2006

La Plaza



Estaba esperando en la plaza. Esa en la que solemos encontrarnos, casualmente, cada vez que hay sol.
Con mi bolso apoyado en el pasto, y un libro nuevo (¡cómo me gusta empezar un libro!) espero ansiosa tu llegada.
Sé que vas a venir, un poco mas tarde, como siempre. Luciendo esos pantalones holgados, zapatillas cansadas de caminar y el pelo revolucionado por el viento de la tarde.
Simulo leer y mientras tanto, mis pensamientos vuelan a lugares recónditos de mi cabeza.
Y pienso en nosotros. Pienso que las relaciones a veces son extrañas, pero que la nuestra debe de ser la más extraña de todas. Y un poco eso me hace sentir especial. O en realidad, me hace sentirnos especiales, y otro poco me impulsa a pensar que estas cosas no terminan del todo bien.
Pensá cuando nos conocimos. No me gustabas en un principio, e incluso hasta viéndolo con cierta objetividad, creo que jamás pensé que me gustarías. Y sin embargo, tu universo, la luz, los libros, la música, la poesía y las palabras certeras hicieron que mis ojos te vieran distinto. O en realidad, que te empezaran a ver.
Pienso que el momento de la espera sea tal vez el mas lindo, y aunque mi ansiedad aumenta cada segundo por verte aparecer en la plaza, mi otro yo quisiera que nunca llegues, para perpetuar el sentimiento de la espera por mas tiempo.
Miro a la gente que camina. Algunos apurados, otros más tranquilos. Me doy cuenta de que no soy la única que mira. Casi todas las personas observan, mientras caminan a un ritmo constante, a quienes tienen alrededor. ¿Será por mero formalismo? ¿Por miedo a chocarse o para saber por donde caminan esos pies?
En realidad, prefiero pensar que la gente se mira para verse, para conocerse (aunque ese reconocimiento no dure ni siquiera un minuto), para encontrarse, para compartirse. Y pienso que es una lástima que existan tantos lugares en los que esa tarea que surge del instinto natural de las personas (por lo menos acá), no se pueda manifestar de la misma manera (y hasta a veces, de ninguna otra).
Miro a todos pasar, y me divierte jugar a adivinar sus vidas. Quiénes son, hacia dónde caminan, de dónde vinieron, cuál es su apuro, en qué piensan, a quién quieren.
Siempre hay alguien a quien se quiere? o a lo mejor pienso esto, porque casualmente mi espera tiene que ver con el amor. Y otra vez el aire entra más liviano a mi cuerpo, y vuelvo a pensarte.


Pienso que cuando llegues, nos vamos a mirar, y que sin tener que decirte nada, vas a suponer que estoy enojada porque otra vez viniste tarde y me hiciste esperar.
Sé que te vas a disculpar, no vas a ponerme excusas (porque de cualquier modo no te las creería) pero te vas a disculpar y me vas a decir que está en tu esencia, que yo debería saberlo y quererte con esas cosas.
Y yo te voy a decir que ya lo sé? y que claro que te quiero.
Entonces ahí, me vas a mirar con esos ojos que ya conozco tan bien, y me vas a dar un abrazo que dure, por lo menos, unas cuantas horas.
Y después a caminar. Se que vas a querer llevarme a algún lado distinto (como siempre). Que no te bancas estar siempre en el mismo lugar quieto. Y que el hecho de encontrarnos siempre en la plaza es algo que quisieras cambiar también. Y yo te voy a mirar, y vas a entender que no se puede. Que ese es nuestro lugar, y que no me molesta caminar para otros rumbos, pero que creo que encontrarnos ahí es algo sagrado.
Entonces me vas a decir que todo lo que voy a lograr con eso, es que mi recuerdo, esté en un sólo lugar. Esa plaza, por supuesto. Y que cada vez que pases por esa plaza redonda y llena de palomas vas a pensar en mí. Y entonces, te voy a contestar (con una sonrisa) que en realidad, eso es todo lo que quiero.

Y ahora me río acompañada de mis pensamientos. Y te veo que estas por llegar, y ya sabemos lo que pasa después.

4 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Si yo tan solo pudiera escribir un "habia una vez..." estaria contenta, saber q vos podes escribir todo esto, me pone mas feliz.
Te amo, palomita

1:56 AM  
Anonymous Anonymous said...

Alma esa porcion de D's que nos habita y nos conecta con todo lo vivo.
Y en cada vida emprendemos un viaje que nos permite aprender de los otros y con los otros.
Nunca sabemos cuanto dura el viaje, lo que si sabemos es que nuestra alma es eterna.
Que nuestras almas sigan conectadas. Te quiero mami

4:22 PM  
Anonymous Anonymous said...

Adhiero con Val. Zarpado lo que escribiste, me encantó (y yo soy una jueza crítica). Muchos besitos y abrazos.
Ta

9:52 AM  
Blogger lula said...

hola loca, no puedo leer ahora pero lo haré, lo prometo
por lo pronto te voy a linkear en el mío
besosss grandes espero que nos veamos

6:38 PM  

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